¿Alguna vez te has preguntado cuál es la causa de la heterosexualidad? Para muchas personas esta puede parecer una pregunta extraña, debido a que asumen que es lo “normal”, por lo tanto lo toman como algo natural que no es necesario cuestionarse ni complicarse la cabeza. Sin embargo, no ocurre lo mismo con respecto a la homosexualidad.
Al tipear “causas de la homosexualidad” en google aparecen de inmediato 1.150.000 resultados. Al hacer lo mismo respecto a la heterosexualidad aparecen 189.000, y si miramos lo que ahí aparece, en realidad son resultados asociados a las causas de la homosexualidad, temas de orientación sexual, pero nada que responda directamente la pregunta. Ojalá ambas preguntas nos parecieran igual de extrañas.
Es importante señalar que la homosexualidad, así como la heterosexualidad y bisexualidad, son variables normales de la orientación sexual humana. Y tienen una base mayoritariamente biológica, genética, heredada, y no es algo que resulte del aprendizaje, o de la influencia de otras personas gais. En ese sentido, no tema que por juntarse con personas homosexuales “se le pueda pegar”, ni a usted, ni a sus hijos en formación (incluso se ha visto que los hijos de parejas homosexuales suelen ser heterosexuales en un 90%, igual que lo que ocurre con padres hetero). No es una enfermedad (y por lo mismo no es contagiosa, ni tiene cura… no hay que curar lo que no está enfermo).
A partir del año 1973 que la Homosexualidad desapareció como trastorno del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales publicado por la APA, y lo mismo ocurrió con su par de la OMS el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) a partir de 1990. Por lo mismo ya no se acepta el realizar “terapias de conversión” ni nada que se le parezca.
¿Es la orientación sexual una elección?
Así mismo, debe quedar claro que la orientación sexual no es una elección. Si lo fuera, sería bastante extraño que las personas gais eligieran serlo a pesar del acoso y hostigamiento que reciben en el día a día, o incluso sería más difícil de entender que hubieran personas que “eligieran” ser gais en países donde está o ha estado penado por ley. Además elegirían vivir segregados, ser cuestionados por sus familiares y amigos, etc. No parece ser una elección muy conveniente. Si a pesar de todas estas potenciales vivencias negativas, y de lo castigado que es ser homosexual en distintas partes del mundo, los gais siguen siendo gais, pareciera más lógico pensar que la orientación sexual se trata de algo que cada persona trae consigo sin elegirlo, y que suele ser estable en el tiempo. Lo que sí se elige, es lo que mostramos hacia afuera. Y así es como muchas personas gais viven su vida avergonzados, escondidos, intentando pasar desapercibidos. Pero no porque actúen como heterosexuales, significa que lo sean. Siguen siendo gais, pero están todavía en el clóset.
Por otra parte, si aún quieres pensar que es una elección, te invito a reflexionar en lo siguiente. Para que uno realmente pueda elegir, deben existir opciones igualmente válidas, sino la elección no sería posible. Siguiendo con esta línea de pensamiento, todos nosotros en algún momento tendríamos que haber experimentado la opción de ser hetero u homo, sintiéndonos igualmente atraídos por personas del mismo o distinto sexo al nuestro. Y por una elección libre habríamos optado por el camino que tomamos. Si fuese así, entonces todos reconoceríamos al potencial gay en nosotros, y por lo mismo sería completamente injusto que discrimináramos a alguien solo por el hecho de haber “optado” por un camino distinto al nuestro, y del que igual nos habríamos sentido tentados a seguir. Seríamos muy cara dura si a pesar de reconocer el impulso en nosotros siguiéramos apuntando con el dedo al que “eligió” distinto. En todo caso, los invito a mirar en su pasado y recordar si efectivamente hubo un momento en el que se detuvieron a pensar qué preferían ser. Posiblemente no encuentren ese momento. Al menos en mi vida no lo encuentro. Y por los relatos de mis pacientes tanto hétero como homosexuales, ellos tampoco pasaron por ese proceso de “elección”.
Como sociedad nos falta mucho por avanzar para respetar y validar a las personas por quienes son y no por con quienes se acuestan o enamoran. Eso no influye en nuestra salud mental, capacidad para amar, habilidades, competencias laborales, ni nada parecido. Nuestra orientación sexoafectiva solo nos dice hacia las personas de qué sexo nos sentimos atraídas para establecer lazos sexuales y/o afectivos. Y debe quedar claro además que nuestro comportamiento sexual, no es sinónimo de nuestra orientación sexual. Uno puede ser hétero sin nunca haber tenido sexo con alguien del sexo opuesto, así como uno puede ser homosexual sin acostarse con personas del miso sexo. Del mismo modo, hay personas hétero que podrían tener experiencias sexuales homosexuales sin que eso cambie su orientación sexual. O viceversa.
Las personas homosexuales han vivido durante mucho tiempo en la sombra, siendo discriminas y viviendo una violencia simbólica terrible, tanto directa como indirecta. La gran masa dominante está compuesta por personas heterosexuales, que han denostado, mirado con recelo y discriminado arbitrariamente a personas homosexuales, haciéndolos sentir como personas de menor valor, sin los mismos derechos, ni con la misma libertad de expresar abiertamente su identidad, con quienes se relacionan y cómo quieren armar familia. Por lo miso, es que durante mucho tiempo se ha asociado a esta minoría con mayor incidencia de trastornos psiquiátricos como depresión, cuadros de ansiedad, suicidio, trastornos de personalidad, abuso de alcohol o drogas. Pero debe quedar claro, que si eso ha ocurrido así, no se debe a que sean homosexuales, sino a toda la violencia que viven día a día. A los temores que sienten de perder a sus seres queridos. A ser apuntados con el dedo por sus familiares y amigos. A sentimientos de abandono. Vacío. De ser anormales. Claramente crecer avergonzado de lo que uno es , debido a los mensajes homófonos presentes en la sociedad, termina minando su autoestima, y presionando a que muchos se mantengan a oscuras, llevando una vida de mentira con una fachada para mantener el amor de sus cercanos o el empleo que tanto desean.
Ojalá podamos ir evolucionando hacia una sociedad cada vez más inclusiva, donde respetemos a las personas por sus actos, sus valores, su capacidad de vivir en sociedad, y no por su color de piel, postura religiosa u orientación sexual.
Espero que el respeto por la diversidad sea uno de los valores imperantes de la sociedad que estamos armando para nuestro futuro. Y para esto creo que es fundamental lo que muchas organizaciones gais a nivel local y global están haciendo, pero también se requiere del aporte de personas hetero, que aportemos nuestro grano de arena para un futuro más amable para todas las personas. Nadie debería sentirse avergonzado de quién es, y mucho menos de variables que vienen impregnadas en nosotros. La orientación sexual no se elige, se padece. Y no porque una característica sea menos frecuente en la población, significa que necesariamente sea un problema, enfermedad o algo a erradicar. Los colorines, los genios, los zurdos, los ambidiestros, y muchos otros son grupos minoritarios al compararlos con la población general, y nadie niega su importancia o aporte como ciudadanos, ni nos preguntamos cómo cambiarlos o arreglarlos. Simplemente es algo que viene con ellos. Lo mismo debería ocurrir con la orientación sexual, sea cual fuera. Es solo un dato, que sea para un lado o para otro no constituye ninguna amenaza. Simplemente, vive y deja vivir… en paz.